Las actitudes del ser humano dependen de su percepción de la vida, resultado de su aprendizaje y el entorno en el que ha vivido. Las mismas pueden ser muy sólidas y pueden sobrellevar la influencia de los grupos sociales y pueden sino lo son tanto, verse afectada por los mismos. La presión social se hace sentir especialmente en la adolescencia, cuando el grupo influye en la forma en que piensa y actúa una persona, cuya personalidad es dicha edad muy vulnerable.
Como
consecuencia de la presión social los adolescentes adoptan actitudes e
iniciativas que por su cuenta no realizarían, se vuelven menos dependientes de
la familia y más dependientes de sus pares en cuanto a la toma de decisiones. La
misma puede influir en la personalidad del individuo ya sea en una forma
positiva o mayormente negativa, que le lleva a sentirse incómodo consigo mismo
y quizá hasta emprender actos o plantearse ideas que de no ser por el entorno
social que el presiona no habría considerado antes. Podemos
mencionar el fumar, tomar alcohol, drogarse, y hasta tener relaciones sexuales.
Existen
diversas causas, entre ellas la preocupación: a no ser aceptado, a quedar fuera
del grupo, a no encajar. El resultando es que los adolescentes terminan
haciendo cosas que no quieren, o no deberían hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario