viernes, 10 de octubre de 2014

Introducción al tema




Las actitudes del ser humano dependen de su percepción de la vida, resultado de su aprendizaje y el entorno en el que ha vivido. Las mismas pueden ser muy sólidas y pueden sobrellevar la influencia de los grupos sociales y  pueden sino lo son tanto, verse afectada por los mismos. La presión social se hace sentir especialmente en la adolescencia, cuando el grupo influye en la forma en que piensa y actúa una persona, cuya personalidad es dicha edad muy vulnerable.

Como consecuencia de la presión social los adolescentes adoptan actitudes e iniciativas que por su cuenta no realizarían, se vuelven menos dependientes de la familia y más dependientes de sus pares en cuanto a la toma de decisiones. La misma puede influir en la personalidad del individuo ya sea en una forma positiva o mayormente negativa, que le lleva a sentirse incómodo consigo mismo y quizá hasta emprender actos o plantearse ideas que de no ser por el entorno social que el presiona no habría considerado antes. Podemos mencionar el fumar, tomar alcohol, drogarse, y hasta tener relaciones sexuales.

Existen diversas causas, entre ellas la preocupación: a no ser aceptado, a quedar fuera del grupo, a no encajar. El resultando es que los adolescentes terminan haciendo cosas que no quieren, o no deberían hacer.

 






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